Ya es hora de salir

Estoy a falta de dos examenes para terminar, si los aprobase todos supondría por fin acabar la carrera y abandonar el estado mental cuasi-vegetativo en el que me encuentro, despues de años de retorcimiento de las neuronas y de poner a prueba mi aguante psicológico ante las zancadillas contínuas que ponen la mayoría de los maravillosos docentes que se dedican a darse la vida padre aposentados en sus despachos de universidad. No sé si será finalmente así ni si será ahora cuando esto termine, pero siento ya de forma envolvente la necesidad de salir de este sitio. Son demasiados años ya, me siento mayor aqui. El horizonte del trabajo ya se acerca y creo que debo caminar más rápido hacia allí, aunque las fuerzas sinceramente creo que no me dan para más. Es el momento de empezar una nueva etapa, de encontrar retos que me motiven de una vez, y por qué no decirlo, de abandonar la postura de mano en decúbito supino hacia mis padres cada vez que necesito sufragar algún gasto.

Hoy en día crecer como imaginamos de niños va muy caro, pero todo pasa por ingresar euritos en el banco (ese gran amigo del que hablaré otro día) si queremos andar los pasos que nos propusimos hace años...trabajar, tener dinero para comprarse un coche, una casa decente (decente=al menos 85-90 m2) poder salir de fiesta los fines de semana con tu propio dinero, hacer algún viajecillo en verano...hoy en día va caro este plan de vida, pero aspirar a ello es algo que debo hacer.

El verano se va y con él los pocos momentos de relajación playera, los fines de semana más largos, los días aún más largos. Estos son dias grises, nublados y apagados, aunque estemos a 35 grados y tiempo anticiclónico. Es momento de buscar allí donde el sol rasga las nubes con un púrpura intenso, para dejarse bañar por el calor de los nuevos proyectos que azucen el ánimo y despierten el alma. Dicen que siempre llega el momento en que eso ocurre, simplemente un dia lo encuentras. Ya es hora.

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